¿COSERVACION O PETROLEO EN EL YASUNI?
El
potencial petrolero del ITT, administrado por Petroecuador, alcanza, de acuerdo
a estimaciones recientes del Instituto Francés de Petróleo (Beicip Franlab,
2004), 412 millones de reservas probadas de crudo de alta densidad (12 a 16
grados API), que pueden llegar a 920 millones, si se incluyen las reservas
probables. A pesar de la mala calidad del crudo, se han planteado varias
alternativas para su Explotación, entre las cuales se barajan posibles alianzas con empresas
estatales como SINOPEC (China), Petrobras, Enap y PDVSA.
En vista de los impactos ambientales de la
explotación petrolera en un área de alta sensibilidad ambiental y cultural, se
ha formulado la alternativa de conservar indefinidamente el crudo en el
subsuelo, y solicitar una compensación internacional que haga viable esta
opción.
El
presidente Correa ha declarado a esta última vía como la primera prioridad de
su gobierno; "mantener el crudo represado en tierra", a
fin de no afectar un área de extraordinaria biodiversidad biológica y cultural.
En esta dirección, el 18 de abril del 2007, el presidente Rafael Correa
presentó "La Política Nacional sobre Pueblos en Situación de Aislamiento
Voluntario", El 24 de septiembre, el presidente dio un discurso ante la
asamblea de la ONU donde anunció la propuesta de mantener el crudo del ITT bajo
tierra, resaltando la voluntad por sacrificar la mitad de los ingresos
petroleros de este bloque con el fin de proteger la biodiversidad con la
cooperación de la comunidad internacional. Además, reiteró su propuesta y su
compromiso con la lucha contra las emisiones de CO2 en la Cumbre de la OPEP el
18 de noviembre del presente año cuando destacó el fracaso de Kyoto
Petróleo y
desarrollo en el Ecuador.
Varios analistas, como Jeffrey Sachs
consideran que la exportación de petróleo tiene un impacto negativo en las
perspectivas de desarrollo de un país. La experiencia ecuatoriana parece
confirmar este punto de vista.
La economía y sociedad ecuatorianas dependen fuertemente del petróleo.
Este producto ha aportado con el 48 % de las exportaciones del país entre 1972
y 2006, y con un tercio de los ingresos del Estado entre 1995 y 2004. En 2006,
la dependencia del petróleo ha crecido alcanzando el 60 % de las exportaciones.
A pesar de que el aporte del petróleo
al desarrollo nacional fue significativo entre 1972 y 1982, el panorama ha
cambiado en los últimos 25 años. En la actualidad el país produce más del doble
de petróleo que durante los años setenta, durante el "boom" petrolero.
Sin embargo, el crecimiento del ingreso por habitante entre 1981 y 2006 ha sido
insignificante (0.6 % anual en promedio), la pobreza no ha descendido entre
1995 y 2006,4 pese
a la emigración de un millón de ecuatorianos, el desempleo urbano bordea el 10
%, casi la mitad de la fuerza laboral se encuentra subempleada, y la inequidad
social ha aumentado.
Aunque la producción
petrolera ha alcanzado niveles altos y los precios del crudo también han subido
en forma pronunciada, el país continúa sumido en una crisis económica, social y
ambiental de larga duración. Obviamente los cambios en las políticas petroleras
iniciados en el gobierno de Palacio, como la mayor participación del Estado en
las utilidades y la salida de la empresa petrolera Occidental, mejoran las
perspectivas futuras, como también lo hacen las mayores asignaciones del gasto
público para el desarrollo social y la construcción de infraestructura.
Los costos
no asumidos de la actividad petrolera

La producción petrolera ha conllevado
un alto costo ambiental y social para el país y, a escala mundial, está
contribuyendo al calentamiento global, que es el mayor problema ambiental que
actualmente enfrenta la sociedad industrial. Según el Informe Stern, los costos
del cambio climático en las próximas décadas pueden equivaler a grandes
desastres del siglo XX, como las dos guerras mundiales y la Gran Depresión. Adicionalmente,
las externalidades locales y globales han sido tomadas en cuenta al considerar
la alternativa petrolera. La extracción de petróleo tiene efectos muy negativos
sobre el ambiente ya que trae deforestación (no solo durante el período de
extracción sino causa de las carreteras y caminos construidos que a su vez
atraen a colonos), la pérdida irreversible de la biodiversidad, el deterioro
potencial del eco-turismo, y la pérdida de recursos naturales no maderables. Se
han considerado los costos de estas externalidades en el modelo ITT-Yasuní al
incluir el costo por pérdida de biodiversidad, los costos de deforestación y
una tasa de descuento social entre el 5% y el 12%. Además, el modelo también
incluye los costos de abatimiento del CO2 de las reservas del
ITT.
El Parque
Yasuní y la cultura Waorani
La Amazonía es el
bosque tropical continuo más grande del mundo, y constituye también el mayor
reservorio de biodiversidad del planeta. El origen de la biodiversidad se
remonta al mioceno (hace 16 millones de años), y puede haber antecedido tanto a
la formación de la Cordillera de los Andes, como al nacimiento del río
Amazonas, hace 10 millones de años.
En períodos más recientes, durante el Pleistoceno, las glaciaciones afectaron
el clima del planeta convirtiendo a la mayor parte de la actual región en una
pradera, con refugios discontinuos de biodiversidad, como el actual Parque
Nacional Yasuní; cuyo territorio sinuoso y parcialmente inundable, alberga en
la actualidad una variedad única de formaciones vegetales.
El Parque Nacional Yasuní cuenta con
una magnífica biodiversidad demostrado por los 280 tipos de lianas, 1130
especies de árboles, 540 especies de peces en un tramo de 5Km, 165 especies de
mamíferos (probablemente 90 murciélagos), 110 especies de anfibios, 72 especies
de reptiles y más de 630 especies de aves encontradas, tomando en cuenta que
todavía pueden descubrirse muchos más.

La cultura Waorani,
cuya subsistencia se ha basado en la caza, recolección y agricultura
itinerante, ha sobrevivido el asedio de otras culturas indígenas y de la
civilización occidental internándose en planicies ínter-fluviales, como la
comprendida entre el Napo y el Curaray. El impacto de la actividad petrolera y
la extracción maderera en esta cultura ha sido profundo, y algunos de sus
grupos familiares han optado por el aislamiento voluntario, como los Tagaeri y
Taromenani, que sobreviven en la Zona Intangible, al sur del Parque Yasuní. Actualmente,
el Parque Nacional Yasuní y la Zona Intangible están amenazados por la
actividad petrolera de otros bloques en su interior, cuyas reservas tienen
menor importancia que las del ITT. A esta situación se añade el alarmante
impacto de la extracción ilegal de madera en esta zona.
La Opción Petrolera en el Yasuní.
La explotación
petrolera del ITT implicaría la producción de aproximadamente 108.000 barriles
diarios de crudo extra-pesado, durante un período de tiempo estimado entre 10 a
15 años, al cabo del cual, los pozos entrarían en su fase declinante. La
elevada densidad del crudo encarece la extracción y obligaría a la construcción
adicional de una planta termoeléctrica de alta potencia y de una planta de
conversión del crudo para facilitar su transporte y comercialización, cambiando
su densidad. El impacto ambiental de estas instalaciones se añadiría al efecto
de la extracción de crudo. Además, las necesidades de prospección sísmica y
construcción de infraestructura requieren un período de cuatro a cinco años
antes de iniciar la fase productiva.
El valor presente
de las utilidades de la alternativa de explotación petrolera del ITT depende de
la tasa de descuento que se use así como del porcentaje que se lleve el Estado
estas utilidades. Si el gobierno recibe un porcentaje del 81,5%, con una
utilidad de $21,1 y una tasa de descuento del 6%, el valor presente cambia de
$4500 millones (sin externalidades) hasta $5747 millones (incluyendo
externalidades).
ATT: KEVIN MEZA